martes, 2 de julio de 2013

El placer de comer

Les dejamos algunas recomendaciones sobre cómo manipular alimentos en verano:


Comer es un placer, aparte de una necesidad para sobrevivir. Supone un deleite para los sentidos, fundamentalmente del gusto, pero también del olfato y de la vista, y es, además, una necesidad psicológica, pues nuestro espíritu también se nutre psicológicamente de esta fuente de gratificación.
La digestión se realiza mejor cuando comemos algo que nos gusta, lo cual no obsta para recomendar  acostumbrarnos a comer, en la medida de lo posible, un poco de todo, para que nuestra alimentación sea completa y equilibrada.
Preparar una comida rica requiere unas condiciones obvias, como seleccionar ingredientes y una forma de preparación del plato o platos a degustar adecuados y acordes con nuestros gustos culinarios. Precisa a su vez de una atmósfera apropiada y, como no, de una compañía gratificante, ya sean nuestra pareja, nuestra familia, compañeros de trabajo o, incluso, en soledad.
Sin embargo, existe un aspecto básico que subyace a todos estos condicionamientos, los ingredientes que utilizamos para preparar nuestra comida deben estar en óptimas condiciones para su ingesta. Ello significa que los productos deben estar frescos y libres de agentes contaminantes que puedan alterar nuestra salud, dado que, si no, puede darse la circunstancia de que disfrutemos de un plato rico para el paladar (por ejemplo, una tarta sabrosa y vistosa…) pero peligroso para nuestra salud (… pero, contaminada con salmonella) que nos pueda provocar unatoxiinfección alimentaria.
Los alimentos frescos deben ser conservados en condiciones adecuadas y en envases apropiados, debiendo consumirse en un periodo adecuado, tras el cual pueden perder propiedades nutritivas o, incluso, su aptitud para el consumo.
Antes de preparar o cocinar los alimentos, cuando ello sea preciso, será imprescindible lavar y limpiar sus ingredientes, por ejemplo, al preparar una ensalada será necesario lavar la lechuga, los tomates, la cebolla, etc.
Los alimentos congelados deben respetar la cadena del frío, lo cual permite que las condiciones nutritivas de los alimentos sean las adecuadas.
Algunos alimentos precisan la aplicación de calor en forma de cocción, asado, fritura, etc, de tal forma que se eliminen posibles agentes contaminantes que desaparecen con la aplicación del calor.
Comer crudos alimentos que requieren ser cocinados, como es el caso de las carnes o los pescados, aumenta notablemente el riesgo de ingerir contaminantes que pueden provocar una toxiinfección alimentaria.
Un gran número de alimentos requieren ser conservados en frío (dentro del frigorífico) y una vez abiertos, tienen una caducidad mucho más corta y que será preciso respetar.
En periodos y lugares en los que hace calor es particularmente importante respetar las recomendaciones de conservación y mantenimiento de los alimentos, dado que el no hacerlo puede aumentar notablemente el riesgo de padecer una toxiinfección alimentaria.
La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición da las siguientes recomendaciones al respecto:
  1. Consumir alimentos que hayan sido tratados o manipulados higiénicamente
  2. Cocinar correctamente los alimentos
  3. Consumir los alimentos inmediatamente después de ser cocinados
  4. Un alimento cocinado, es un alimento higienizado
  5. Calentar suficientemente los alimentos cocinados
  6. Evitar el contacto entre los alimentos crudos y los cocinados
  7. Asegurar una correcta higiene de la persona que va a manipular los alimentos y una limpieza adecuada en todas las superficies de la cocina
  8. Mantener los alimentos fuera del alcance de insectos, roedores y animales de compañía
  9. Utilizar exclusivamente agua potable
  10. No consumir alimentos perecederos que estén expuestos a temperatura ambiente
Esta agencia da además algunos consejos:
  • No consuma alimentos adquiridos fuera de los establecimientos autorizados
  • Consuma exclusivamente agua potable. Utilice sólo agua potable para hacer hielo
  • Lave adecuadamente las frutas y hortalizas que vaya a consumir crudas
  • No interrumpa la cadena de frío
  • Respete las fechas de caducidad
  • Rechace los envases abombados, oxidados o deteriorados
Respetando estos criterios y recomendaciones, además de nutrirnos,daremos una alegría a nuestro paladar y una satisfacción a nuestro espíritu, sin que después nuestro organismo nos pase una incómoda factura.
Extraído de la página Salud.es

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